Tu alma ya lo sabe, sólo necesitas recordarlo
¿Lo tienes todo… pero aún sientes que falta algo?
Mira.
Has construido. Has ganado.
Has llegado lejos.
Pero hay una sensación que ningún logro tapa.
Ni el dinero.
Ni el éxito.
Ni los seguidores.
Ni el "buen trabajo" de tu entorno.
Es esa pregunta silenciosa que aparece cuando paras un segundo:
"¿Y ahora qué?" "¿Era esto?"
"¿Dónde está el sentido?"
¿Y si lo que te mueve… en realidad te está alejando de ti?
Puede que te levantes cada día con energía, sí.
Pero una energía que nace del impulso, del estrés, de la huida.
No de la presencia.
No del alma.
Tu cabeza no para.
Te descubres entregado a hábitos compulsivos, vacíos.
Y aunque todo parece estar en orden, por dentro hay algo que no encaja.
Desde fuera, lo tuyo es éxito.
Desde dentro… es desconexión.
“No estoy aquí para enseñarte. Estoy aquí para caminar contigo.”
Soy Daniel.
Y no estoy aquí por tener respuestas,
sino por haber hecho las preguntas más dolorosas y más sagradas que se pueden hacer.
Estoy aquí porque he atravesado fuego — físico, emocional, espiritual.
Tuve cáncer.
Dos veces.
La primera, con 16 años.
Y eso me enseñó a no dar por sentada la vida ni un solo día.
Perdí a mi única hermana en un accidente cuando ella tenía apenas 20.
Eso no solo duele.
Eso te rompe por dentro y te obliga a reconstruirte desde otro lugar.
Conocí la abundancia material:
dirigía una empresa familiar que facturaba millones.
Y también conocí la ruina, la pérdida, la caída.
Y ahí fue cuando el alma se hizo protagonista.
Fui padre.
Soy padre.
Y eso… eso sí que es una maestría viva.
Dos hijas me enseñan cada día sobre paciencia, espejo, presencia.
He sido muchas cosas: directivo en una multinacional, monaguillo, árbitro de fútbol, osteópata, masón, rosacruz, filósofo, estudiante de budismo, hombre que habla con las plantas...
Y hoy, después de tanto camino, simplemente soy.
Un mentor místico que escucha.
Un canal que sostiene.
Una presencia que acompaña.
Un humano que vibra en lo que ha vivido.
Trabajo con frecuencia galáctica de la tormenta, con la energía del tiempo natural, con la intuición, con la canalización, con el poder del rayo.
Pero por encima de todo, trabajo con la verdad.
Con lo que duele y lo que transforma.
“Te comparto lo que sé, porque lo he vivido.”
Y si has llegado hasta aquí, probablemente tú también estés en ese punto de no retorno.
En ese lugar donde no quieres más ruido, más fórmulas, más postureo espiritual.
Solo verdad.
Quiero escucharte.
Quiero preguntarte.
Quiero ofrecerte un espacio donde puedas recordar lo que ya vive en ti.
No para que me sigas.
Sino para que te reconozcas.
No hay fórmulas.
No hay gurulismos.
Solo tú, tu verdad… y lo que aparece cuando dejas de escapar hacia fuera.
Un proceso vivo. Honesto. Sostenido en el tiempo.
Nos veremos una vez al mes, 2 horas, online, sin máscaras.
Y una vez al año, voy hasta donde estés.
A tu Castillo.
A tu espacio.
A tu vida real.
Porque el alma también necesita presencia.
Liberar el peso emocional que arrastras sin saberlo
Poner luz en heridas que aún duelen en silencio
Comprender los mensajes que la vida te ha enviado con forma de obstáculo
Volver a tu eje
Reconectar con tu propósito profundo
Trabajo con herramientas como la astrología maya, sí.
Pero sobre todo con lo que no falla nunca:
La verdad, la escucha, la presencia.
Probablemente estés en ese punto de no retorno.
Donde no quieres más ruido.
Ni fórmulas.
Ni postureo espiritual.
Solo verdad.
Quiero escucharte.
Quiero preguntarte.
Quiero ofrecerte un espacio donde puedas recordar lo que ya vive en ti.
No para que me sigas.
Sino para que te reconozcas.
Ahora decides tú:
¿Sigues sosteniendo el vacío?
¿O te das permiso para empezar a vivir con alma?
👉 Agenda una sesión conmigo.
Una conversación real.
Sin promesas vacías.
Sin técnicas de venta.
Solo dos personas, frente a frente, mirando lo que llevas tiempo evitando.
💰 Primera sesión: 100 €
📆 Si decides continuar: 5.000 € al año (renovable)